Conclusiones

Una vez que las prácticas están llegando a su fin y que he pasado tanto por un período de observación como por otro de intervención directa, la verdad es que me llevo varias sensaciones conmigo que intentaré describir a continuación:

-Por un lado, me llevo la impresión de que muchas veces el diagnóstico nos condiciona demasiado y nos pone trabas a los propios psicopedagogos (trabas que por cierto los niños y niñas no suelen tener) a la hora de planificar la intervención y de trabajar con ellos. Creo que el propio recorrido que hacemos a su lado nos va haciendo ver hasta donde y por qué camino, por eso me llevo la sensación de que es difícil establecer al cien por cien los objetivos sin tener flexibilidad ya que normalmente recibimos sorpresas, a veces porque se avanza más rápido de lo esperado, a veces porque se camina más despacio de lo que habíamos planeado, pero es obvio, trabajamos con personas.

-En segundo lugar me he dado cuenta de que al contrario que otras compañeras terapistas del lenguaje que trabajan en temas mucho más concretos y que cuando ese tema está solucionado dan el alta al niño o la niña, veo que en la intervención psicopedagógica, al ser mucho más global, es como una carrera de fondo a la que no veo fin.

-Como consecuencia del punto anterior, he sido consciente de la gran responsabilidad que recae en  nuestras manos cuando decidimos hacernos cargo de un caso, pues no podemos hacer al niño o a la niña abrirse en canal. Por ello, tras este período, he decidido que a pesar de que el prácticum ha finalizado voy a seguir con la intervención.

-Creo que es muy interesante la intervención holística y ecológica de la persona ya que no somos sujetos aislados, sino que vivimos en una familia, rodeados de gente y somos realidades poliédricas muy complejas, no vale solo con avanzar en una de las caras de la persona, hay que trabajarlas todas de forma armónica.

-Me llevo una sensación de satisfacción por el avance y una especie de regustillo a reto por lo complejo que me parece todo esto.

Creo, no obstante, que ha sido un período muy satisfactorio donde he podido poner en práctica muchos de los conocimientos teóricos adquiridos durante la fase de estudio y la conclusión que saco es que cada persona somos un mundo y en base a esta máxima hay que realizar la intervención.